ARTES VISUALES DE NICARAGUA
El arte Nicaragüense tiene dos vertientes
v Realismo figurativo
v Realismo fantástico
Artistas Nicaragüenses
Enrique Fernández Morales
EL PESAR O EL PLACER DE DIBUJAR
El aporte de Enrique Fernández Morales
al desarrollo de las artes plásticas de Nicaragua es por partida doble, como
crítico y como artista. Por una parte, su afán coleccionista ha permitido una
mirada de conjunto sobre el disperso y semidestruido arte colonial, popular y
burgués de los siglos XVII al XIX; y por otra, su labor divulgadora de las
corrientes modernas en un medio atrasado y desinformado como el nicaragüense de
los cuarenta y su labor creativa, es decir, su abundante y paciente producción
de dibujante.
Modesto, acaso menor, Fernández Morales se coloca cronológicamente después de Juan Bautista Cuadra y antes de Leoncio Sáenz, Carlos Montenegro y Silvio Bonilla, en un país donde casi todos los artistas se han caracterizado por poseer un completo dominio del dibujo.
A la primera directriz corresponde la “Colección Enrique Fernández Morales” del Banco Central de Nicaragua, que generó una conciencia y esbozó cierta tradición nacional inserta en la hispanoamericana.
A la segunda se debe la transmisión de pintores como el colorista Matisse y el religioso Rouault Ramen o a Omar D´León, y su obra con sus constantes y códigos, personal, individual, propiamente dicha. En 1982, poco antes de su muerte, Fernández Morales se permitió exponer sus dibujos en al galería de la Casa “Fernando Gordillo”, Managua, quizás única exposición personal que hizo y que de ellos se ha realizado hasta el presente. Retratista y autorretratista, fijó la fisonomía de muchos poetas y familiares amigos, con trazos tan modernos como clásicos: June Beer, Ernesto Cardenal o su esposa, Rosita Arellano: recreó y elaboró sistemas emblemáticos florales, de las virtudes teologales, de los pecados capitales, de las Bellas Artes, en particular, el teatro (máscaras), de casas europeas, medallones de curativos, etc. Paralelamente cultivó con propiedad y subversión la temática religiosa, ofreciendo una serie de variaciones sobre la anunciación, la trinidad y la natividad, el Vía Crucis, la crucifixión, Santa Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz, San Francisco de Asís y otros santos de la Orden Franciscana.
Modesto, acaso menor, Fernández Morales se coloca cronológicamente después de Juan Bautista Cuadra y antes de Leoncio Sáenz, Carlos Montenegro y Silvio Bonilla, en un país donde casi todos los artistas se han caracterizado por poseer un completo dominio del dibujo.
A la primera directriz corresponde la “Colección Enrique Fernández Morales” del Banco Central de Nicaragua, que generó una conciencia y esbozó cierta tradición nacional inserta en la hispanoamericana.
A la segunda se debe la transmisión de pintores como el colorista Matisse y el religioso Rouault Ramen o a Omar D´León, y su obra con sus constantes y códigos, personal, individual, propiamente dicha. En 1982, poco antes de su muerte, Fernández Morales se permitió exponer sus dibujos en al galería de la Casa “Fernando Gordillo”, Managua, quizás única exposición personal que hizo y que de ellos se ha realizado hasta el presente. Retratista y autorretratista, fijó la fisonomía de muchos poetas y familiares amigos, con trazos tan modernos como clásicos: June Beer, Ernesto Cardenal o su esposa, Rosita Arellano: recreó y elaboró sistemas emblemáticos florales, de las virtudes teologales, de los pecados capitales, de las Bellas Artes, en particular, el teatro (máscaras), de casas europeas, medallones de curativos, etc. Paralelamente cultivó con propiedad y subversión la temática religiosa, ofreciendo una serie de variaciones sobre la anunciación, la trinidad y la natividad, el Vía Crucis, la crucifixión, Santa Teresa de Jesús, Sor Juana Inés de la Cruz, San Francisco de Asís y otros santos de la Orden Franciscana.
Rodrigo Peñalba
Estudia
en Chicago, Academia de Bellas Artes, de 1926 a 1930. En 1934 ingresa en la
Academia de San Fernando, en Madrid, España. Prosigue sus estudios de arte en
la Academia de San Carlos en México hasta 1936. Regresa nuevamente a Europa en
1938 y allí permanece durante los años difíciles de la Segunda Guerra Mundial,
hasta 1945. Presenta su obra con notable éxito en la Galería de San Marcos,
Roma, en 1945. En 1947 tiene una publicación en la sede de la OEA, Washington y
en la Galería Macklin. Participa en muestras colectivas entre 1948 y 1957 en
diferentes museos del continente americano; Museo de Bellas Artes de Caracas,
Venezuela; Artistas de América y Artistas de Nicaragua en la sede de la OEA,
Washington, en 1953 y 1957 respectivamente.
Desde 1948 hasta 1972 fue director de la Escuela
Nacional de Bellas Artes de Nicaragua y el maestro indiscutible de futuras
generaciones de pintores nicaragüenses. En 1968 los pintores del Grupo Praxis
le rinden un extraordinario homenaje en la galería del mismo nombre, donde
presenta una muestra personal. Su aporte a la pintura nicaragüense ha sido
inmenso y en la década de los 80 se estableció el Gran Premio Rodrigo Peñalba,
como reconocimiento máximo para el mejor pintor de los certámenes celebrados anualmente.
Fernando Saravia
Forma y color en la
pintura de Fernando Saravia
“¿Dónde están los plácidos paisajes de mi infancia? ¿Dónde están los bosques llenos de pájaros? ¿Dónde está el silencio de mi tierra natal? ¿Somos los últimos románticos que añoramos la belleza de las cambiantes estaciones? ¿Dónde están las flores que recogíamos junto a las corrientes de agua cuando éramos niños? ¿Vive todo ello sólo en la pintura? ¡Recordemos! La faz de la Tierra es similar a la de un ser humano. No olvidemos que no somos sino viajeros en este planeta y que nada nos pertenece.” Iván Lackovic. Pintor Yugoeslavo Fernando Saravia, nació en Managua ( 1922 ), es uno de los más connotados artistas plásticos con que cuenta Nicaragua. Es escultor, pintor, y maestro de generaciones. Fue alumno y compañero de trabajo del precursor de la pintura moderna en Nicaragua y padre del arte nacional, el maestro Rodrigo Peñalba ( 1908 – 1979 ), quien recibió una sólida formación en México, Estados Unidos y Europa, lugares donde maduró el oficio aprendido en América. De 1948 – 1979 asumió la dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Saravia es el único pintor fundador de la antigua Escuela Nacional de Bellas Artes, que aún vive. A lo largo de sus años, de manera solitaria y perseverante ha sabido reafirmar su propio estilo. En su técnica se refleja la influencia del impresionismo y el expresionismo, enseñanzas que supo captar con maestría de Rodrigo Peñalba. Asimismo, es evidente en la pintura abstracta de Saravia la influencia del grupo Praxis (1963).
“¿Dónde están los plácidos paisajes de mi infancia? ¿Dónde están los bosques llenos de pájaros? ¿Dónde está el silencio de mi tierra natal? ¿Somos los últimos románticos que añoramos la belleza de las cambiantes estaciones? ¿Dónde están las flores que recogíamos junto a las corrientes de agua cuando éramos niños? ¿Vive todo ello sólo en la pintura? ¡Recordemos! La faz de la Tierra es similar a la de un ser humano. No olvidemos que no somos sino viajeros en este planeta y que nada nos pertenece.” Iván Lackovic. Pintor Yugoeslavo Fernando Saravia, nació en Managua ( 1922 ), es uno de los más connotados artistas plásticos con que cuenta Nicaragua. Es escultor, pintor, y maestro de generaciones. Fue alumno y compañero de trabajo del precursor de la pintura moderna en Nicaragua y padre del arte nacional, el maestro Rodrigo Peñalba ( 1908 – 1979 ), quien recibió una sólida formación en México, Estados Unidos y Europa, lugares donde maduró el oficio aprendido en América. De 1948 – 1979 asumió la dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Saravia es el único pintor fundador de la antigua Escuela Nacional de Bellas Artes, que aún vive. A lo largo de sus años, de manera solitaria y perseverante ha sabido reafirmar su propio estilo. En su técnica se refleja la influencia del impresionismo y el expresionismo, enseñanzas que supo captar con maestría de Rodrigo Peñalba. Asimismo, es evidente en la pintura abstracta de Saravia la influencia del grupo Praxis (1963).
La obra de Saravia es completa, variada y se
encuentra registrada en los catálogos de la plástica nicaragüense. Ha realizado
exposiciones personales y colectivas. También, de manera permanente su obra se
exhibe en galerías o en colecciones privadas. Ha sido merecedor de premios y
reconocimientos a nivel nacional e internacional, por su larga trayectoria y
calidad artística. En su obra el artista ha demostrado la solidez, la
continuidad, la materialidad y el gusto por su trabajo. Su temática gira
alrededor del paisaje nicaragüense, el cual ha sabido interpretar con gran
talento. Su pintura es al aire libre y al igual que los impresionistas
franceses, sabe captar la impresión subjetiva del paisaje, la cual logra a
través del color, la luz y la fuerte textura. Si los impresionistas pintaron
los alrededores de París, Saravia en cambio pinta los paisajes de los
alrededores de Managua o los ambientes rurales.
Su obra resulta inconfundible. Hay una preocupación
por captar las impresiones y sensaciones del objeto representado. Así lo
manifiesta el mismo artista: “Cuando me detengo ante el objeto, éste es porque
me gusta así como está. Quiero hacer algo que me EXPRESE, ahí es donde está la
gran diferencia, entre la expresión y la descripción. Quiero expresar una vida,
una emoción. Lo que pinto es porque veo las cosas tan bonitas que me dan ganas
de reproducirlas, más o menos impresionistas o naturalistas, porque es la forma
en que más le puedo sacar espíritu a las cosas