lunes, 23 de abril de 2012

arte salvadoreño


              ARTE
     SALVADOREÑO


   
                           ARTISTAS  SALVADOREÑOS




CARLOS CAÑA

POETA Y PINTOR
                                                                                                 

Carlos Cañas, el pintor que hizo del Teatro Nacional su Capilla Sixtina, no deja de pensar cosas agudas. A los 85 años dice que es una porquería que el país no celebre el arte ni a los artistas. Que como si se tratase de una obra abstracta, se le malinterpreta. Que muchos lo odian sin razón. Que su casa, atiborrada de óleos y esculturas, se ha convertido en su propio y único museo, uno que le recuerda que es pionero del arte abstracto en El Salvador.
Carlos Cañas también conocido como Gonzalo Rodríguez Cañas, Carlos Augusto Cañas, o simplemente Carlos Cañas (San Salvador, El Salvador, 3 de Septiembre de 1924). Poeta y pintor con amplia variedad de estilos y mayor exponente de los estilos vanguardistas; incursionando en corrientes pictóricas como el cubismo, abstraccionismo (arte del cual fue pionero en patria natal en donde realizó la primera exposición de éste mismo) surrealismo y otros. Decoró el techo del Teatro Nacional, donde las mujeres se pasean entre coloridos mangos y donde el propio pintor se hace aparecer en un balcón coronado con una aureola.







EL MESTIZAJE CULTURAL

Carlos Cañas fue el pionero del arte Abstracto en El Salvador  en donde realizó la primera exposición de este arte. Es un pintor con amplia variedad de estilos y es el mayor exponente de los estilos vanguardistas.   Realizó trabajos en plástica Maya, y en ilustraciones de libros de cuentos. Estudió en España en donde ganó un premio y ha sido el maestro de una generación de pintores.




                                                   "Sumpul" (1984)
 Fue el primero, y quizás el único, de los reconocidos artistas salvadoreños que comprometió su futuro artístico para denunciar las sanguinarias masacres perpetradas por el complejo militar-oligárquico durante la guerra civil salvadoreña. La pintura como denuncia social era algo raramente visto antes del conflicto, pero haciendo a un lado la abstracción, Carlos Cañas plasmó la masacre en el río Sumpul, departamento de Chalatenango, ocurrida en 1980. Debido a que los medios de comunicación social eran y siguen estando en poder de un grupúsculo, el pueblo salvadoreño ignoraba este sangriento suceso que Carlos Cañas inmortalizó con esta elocuente escena de una montaña de cuerpos inertes, retorcidos y desolados... los masacrados fueron ancianos, mujeres y niños.



              



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